El 28 de marzo de 2012 falleció en una guardería de Castelldefels
del barrio de Bellamar, Kaiki T. B., de 17 meses después de haberse atragantado
mientras comía un trozo de pera del menú escolar, siendo la causa de la muerte
una broncoaspiración.
La titular del Juzgado Penal número 1 de Vilanova i la Geltrú ha condenado a un
año y tres meses por homicidio por imprudencia profesional y a otros tres años
y tres meses de inhabilitación para ejercer un trabajo docente en una guardería
o similar, a la que era su cuidadora, Lara B., la cual ejercía como tal sin haber
acabado sus estudios ni tener preparación de primeros auxilios.
También condena a un año y nueve meses, más cuatro años de
inhabilitación profesional a Isabel G. directora del centro educativo, además
de suspender durante 3 años la actividad del centro o hasta que la Generalitat de Catalunya
les concedan de nuevo el permiso pertinente para volver a ejercer la actividad.
Según la jueza instructora, las dos acusadas sabían que Kaiki
T. B. se había atragantado, pero no actuaron de manera correcta al no tener la
preparación adecuada y desconocer la maniobra de Heimlich, lo que podía haber
salvado la vida del niño.