Esta semana se ha llevado acabo la convención
antisoberanista del PP catalán en Barcelona, con el objetivo de declarar la guerra
al independentismo catalán y desmontar supuestos agravios, como el expolio
fiscal. A la misma han acudido, arropados por la presidenta del PPC, Alicia
Sánchez-Camacho, los pesos pesados del partido popular de España, como el
ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro; el ministro de Interior, Jorge
Fernández Díaz; o el mismísimo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el cual llega
a Barcelona con un “plan” debajo del brazo para frenar el auge independentista
en Catalunya.
Un “plan” que, según la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz
de Santamaría, se basa en “trabajar por el bienestar de los ciudadanos
catalanes, como del resto de españoles” y “contar e informar de la realidad de
lo que hay”.
Para el Presidente de la Generalitat de
Catalunya, Artur Mas, la convención no es más que "un festival de amenazas"
a la vez que descarta cualquier “sorpresa positiva” de Rajoy o reunirse con él
este fin de semana.
Entre los objetivos marcados por la formación política en
boca de la vicesecretaria de Organización del PP, Dolors Montserrat, para las
municipales del 2015, esta la de conseguir la mayoría absoluta en Castelldefels
y Badalona, municipios en los que ya gobierna.
El alcalde de Castelldefels, Manuel Reyes, que tras la
ruptura del pacto de Gobierno por parte de sus socios de CiU, gobierna en
minoría, ha declarado que en las próximas elecciones municipales, el PP dará
"la gran campanada", demostrando a los ciudadanos que el Partido
Popular puede ser fuerza de gobierno en Catalunya, gobernando con solvencia y bien.
A su vez ha censurado el cambio ideológico del partido de Artur Mas, "que ahora
parece ERC" complicando la gestión local por sus tesis soberanistas.