jueves, 23 de febrero de 2017

Testimonio de una adicción (relato basado en un hecho real)

Entro en una sala oscura, con solo una lámpara de techo que, como en las películas de misterio, ilumina el espacio ocupado por incómodas sillas que forman un círculo casi perfecto.

En ellas sentadas, me observan con miradas comprensivas personas de diferentes sexos y edades (hay hasta niñ@s) con extrañas ropas de colores y enigmáticos estigmas en sus blancas manos.


Una de ellas me invita a sentarme, ‘preséntate y cuéntanos tu historia’, me dice con voz amable. Me pongo en pie y palabras demasiado tiempo contenidas en mi interior empiezan a brotar de forma desbocada…

Hola, me llamo Chesco y SOY ADICTO...

Todo empezó hace ahora un año y 8 meses, lo recuerdo como si fuera ayer. Hablando de los diferentes tipos que habíamos probado a lo largo de nuestras vidas con un amigo, ‘es algo nuevo, intenso, seguro que te gustará, no pasa nada porque lo pruebes una vez’ me decía.

La primera siempre te la dan gratis, para engancharte. Saben que volverás.

Y efectivamente, poco a poco me fui enganchado. Al principio me conformaba con un par de veces a la semana, al poco tiempo ya estaba pidiendo tres, hasta llegar a las 5 que consumo ahora, y los días que no hago me levanto con la sensación de que me falta algo.

Si, ser adicto al CrossFit me ha cambiado la vida.

Me obliga a meterme temprano en la cama porqué al día siguiente hay que entrenar.

A levantarme como un resorte cuando suena el despertador con energías renovadas.

A entrar en el Box saludando a todo el mundo, chocando manos y con una sonrisa en la cara.

A cambiarme en un vestuario lleno de energía positiva en el que la conversación es que Wod (serie de ejercicios) nos vamos a meter hoy (cada día es diferente).

A salir a un Box vacio (sin maquinas), pero lleno de calor humano y expectación.

A estar nervioso por descubrir en la pizarra los ejercicios que vamos a tener que hacer (calentamiento, técnica, fuerza y Wod) explicados por nuestro Coach, el cual nos acompaña, enseña, guía, dirige, corrige y anima durante toda la hora, sacando lo mejor que hay en nosotros. El es nuestros maestro y vela por nuestro bienestar.

A darme cuenta que jamás antes habías trabajado y sudado tanto, Y SOLO ES EL CALENTAMIENTO...!

A no tener tiempo de preocuparme de nada más que de los ejercicios que estoy realizando. En un Box no hay tele, ni espejos, ni móviles… nada que nos pueda distraer de nuestro objetivo, darlo todo. El ego lo dejamos fuera y entrenamos prestando atención, con humildad y respeto hacia nuestros compañeros y Coach.

Al subidón de adrenalina (hormona del peligro), testosterona (hormona del crecimiento muscular), endorfinas (hormona de la felicidad), dopamina (hormona de la adicción, en este caso placentera) y serotonina (hormona de la calma), las cuales se liberan durante y después del ejercicio físico intenso, potenciando nuestro estado anímico de forma natural.

A descubrir cada día un nuevo reto y darme cuenta de que si, SI PUEDO !!!

A terminar el Wod y animar al resto de compañer@s que aún no han acabado (muchos días son ell@s l@s que me animan a mí). Nunca te volverás a sentir solo.

A desconectar durante una hora y no pensar en nada más que en superar mis limites. Y al acabar, cansado, muy cansado, disfrutar de esa sensación de bienestar (serotonina) que da el saber que has hecho bien las cosas.

A relajarme con la ducha que me he ganado a pulso en un vestuario lleno de alegría y de amigos con los que has compartido sudor y mucho esfuerzo, comentando como ha ido todo e intercambiando experiencias.

A sentirme fuerte y en forma como no recuerdo haber estado ni en mí mejor momento.

A trabajar todo el día para, finalmente meterme en la cama temprano por que mañana toca entreno y hay que descansar para volver a darlo todo.

Sí, estoy enganchado al CrossFit y me ha cambiado la vida… a mejor.


Acabo mi alegato y todo el mundo se pone en pie, me rodean y nos fundimos en un único y cálido abrazo, porque si algo caracteriza el CrossFit es el gran sentido/espíritu de comunidad.

De repente el Coach grita ’10 SEGUNDOS…’.

Se encienden las luces y estamos en el Box, un gran espacio vacío (sin maquinas) pero lleno de calor humano y expectación. Todos corremos a ocupar nuestras posiciones detrás de una barra con discos. 3… 2… 1… piiii.

¡¡¡ EMPIEZA EL WOD !!!

¿Y aun te preguntas porqué estoy enganchado al CrossFit?
¿A qué esperas para probarlo…?
Seguro que te gustará, no pasa nada porque lo pruebes una vez. Además, la primera es GRATIS… 3:-)


CROSSFIT BOX Castelldefels
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