Los antiguos griegos también practicaron la sanación en los
templos de Esculapio.
También son conocidas las referencias bíblicas a través de
la figura de Jesús y, posteriormente, en el cristianismo se convirtió en una
práctica común, así como predicar, administrar los sacramentos o bendecir con
el agua bendita y aceites.
La curación a través de la canalización del magnetismo
físico, se realiza mediante la fuerza que une los cuerpos celestes, la tierra y
los cuerpos animados, dirigiendo ese fluido existente en todo el universo, y
así, curar cualquier enfermedad.
En nuestro siglo, se han realizado diferentes estudios que llegan
a la conclusión de que los sanadores psíquicos o espirituales, son
efectivos y que son capaces de sanar a otros a través de la energía que emana de
sus manos, una energía que radica en todos los seres humanos junto con la sola
intención y deseo de curar.